Cada 25 de julio, las campanas de España resuenan con solemnidad para celebrar la fiesta de Santiago el Mayor, uno de los doce apóstoles de Jesús y, sobre todo, el patrón de nuestra nación. La figura de Santiago es, sin duda, una de las más emblemáticas y queridas dentro del imaginario colectivo español, pues su huella está presente en la historia, la espiritualidad y la cultura de nuestro pueblo. Su testimonio, aunque lejano en el tiempo, sigue siendo una inspiración para quienes buscan sentido, fe y esperanza en nuestros días.
Un apóstol cercano a Jesús
Santiago, hijo de Zebedeo y hermano de Juan, fue uno de los primeros en escuchar y responder a la llamada del Señor. Sin dudarlo, dejó a su padre y las redes para emprender una nueva aventura: seguir al Maestro. Formó parte del círculo más íntimo de Jesús y fue testigo privilegiado de algunos de los momentos más significativos del Evangelio.
Presenció la resurrección de la hija de Jairo, contempló la gloria del Señor en la Transfiguración, y estuvo con Él en la agonía de Getsemaní. Era un hombre apasionado, incluso impetuoso —Jesús lo llamó “hijo del trueno”—, pero su corazón fue transformado en la escuela del Evangelio. Su madre pidió para él un lugar de honor, y Jesús aprovechó esa petición para enseñar que la verdadera grandeza está en servir y en dar la vida.
Evangelizador de España y primer apóstol mártir
Según la tradición cristiana, Santiago fue el primero en llevar el Evangelio a la península ibérica. Enfrentó muchas dificultades: culturas diversas, indiferencia, rechazo… Sin embargo, su fidelidad no vaciló. Fue en Zaragoza donde, abatido y sin fuerzas, la Virgen María se le apareció sobre una columna, el Pilar, dándole ánimo y renovando su valor.
Tras regresar a Jerusalén, Santiago fue arrestado y ejecutado por orden de Herodes. Así se convirtió en el primer apóstol mártir, testigo del Evangelio hasta el derramamiento de su sangre. Su cuerpo, según la tradición, fue trasladado a Galicia, donde hoy se levanta la ciudad de Compostela, punto final del Camino de Santiago, que ha guiado a millones de peregrinos hacia un encuentro con Dios.
Santiago y la fe en España
A lo largo de los siglos, Santiago se convirtió en símbolo de unidad y fe para nuestro pueblo. España ha sido conocida como “tierra de María”, y ha dado innumerables frutos de santidad, misión y testimonio cristiano.
Pero hoy, los desafíos son distintos. La secularización, la indiferencia religiosa, el relativismo y el olvido de nuestras raíces han debilitado la transmisión de la fe. Por eso, la figura de Santiago es también una llamada a despertar, a redescubrir el corazón del Evangelio y a renovar el alma cristiana de nuestra tierra.
Una llamada a caminar con fe
Los cristianos de hoy, especialmente los mayores, testigos de varias generaciones, tenemos una hermosa y urgente misión: transmitir la fe viva, no como costumbre, sino como encuentro personal con Cristo. La fe no es un recuerdo del pasado, sino una fuerza para vivir el presente y construir el futuro.
Como Santiago, estamos llamados a ser peregrinos, a dejar comodidades, a caminar con valentía, y a vivir con humildad y fidelidad. En una sociedad herida, dividida o vacía de sentido, la Iglesia está llamada a ser signo de esperanza, y cada uno de nosotros, luz que ilumina.
Conclusión
El legado de Santiago el Mayor pertenece a toda la Iglesia, pero especialmente a nosotros, los españoles. Su vida, llena de pasión, entrega y amor por Cristo, sigue recordándonos que el Evangelio tiene poder para transformar corazones y sociedades.
Hoy, más que nunca, necesitamos “Santiagos” valientes: hombres y mujeres dispuestos a vivir su fe con convicción y alegría. Que su intercesión nos anime a despertar, a caminar juntos en la fe, y a ser, como él, testigos del amor de Dios en nuestra tierra.
Oración
Señor, que escogiste al Apóstol Santiago para predicar el Evangelio en nuestra tierra y dar la vida por tu Hijo Jesucristo, te pedimos hoy por España, por nuestras familias, por quienes han perdido la fe, por los que sufren y por todos los que caminan en busca de tu verdad.
Que, como Santiago, sepamos dejarlo todo para seguirte, caminar sin miedo y vivir con fidelidad hasta el final. Amen.
Santiago Apóstol, patrón de España, ruega por nosotros.