Hoy, 29 de junio, celebramos con gozo en la Iglesia la Solemnidad de San Pedro y San Pablo, dos apóstoles distintos en carácter y misión, pero unidos en la misma fe y en el mismo amor a Jesucristo. Dos hombres con historias marcadas por la debilidad y el perdón, que llegaron a entregar su vida por el Evangelio.

San Pedro, el pescador de Galilea, impulsivo y generoso, que negó al Señor pero que fue confirmado en su amor y en su misión de fortalecer a sus hermanos.
San Pablo, el perseguidor convertido en apóstol de los gentiles, que pasó de sembrar miedo a ser incansable misionero de la gracia.

Ambos fueron tocados por el amor de Cristo, y dejaron que ese amor transformara su vida. Ambos, a pesar de sus caídas y límites, supieron confiar en la misericordia del Señor y en la fuerza del Espíritu Santo. Por eso la Iglesia los llama “columnas”: no por ser perfectos, sino porque sostuvieron y expandieron la fe con su testimonio y entrega.

Un ejemplo para nuestra comunidad parroquial

En nuestra Parroquia Inmaculada Concepción, estamos recorriendo el camino de nuestro proyecto pastoral: “Construyendo comunidad, una Iglesia que escucha y camina unida.”

Hoy, San Pedro y San Pablo nos inspiran a:

  • Construir juntos:

Ellos, siendo diferentes, colaboraron en la edificación de la Iglesia. También nosotros, con nuestros dones y carismas distintos, estamos llamados a trabajar juntos, sin envidias ni divisiones, en la misión de anunciar a Cristo en nuestra parroquia y en nuestro barrio.

  • Ser una Iglesia que escucha:

Pedro y Pablo escucharon a Cristo que los llamó, y también aprendieron a escuchar a la comunidad, a sus hermanos, a las necesidades del pueblo. Nosotros estamos llamados a ser una comunidad que escucha con respeto, con paciencia y con apertura a todos.

  • Caminar unidos:

La Iglesia se sostiene cuando caminamos juntos, aunque a veces pensemos de forma distinta. Lo que nos une es Cristo y su Evangelio, la Eucaristía y el deseo de ser comunidad viva, alegre y acogedora.

Construir comunidad desde la fe y la misión

Pedro y Pablo fueron hombres de fe, que no se guardaron a Cristo solo para ellos, sino que anunciaron la Buena Noticia con valentía, en todo momento y lugar. Nuestra comunidad también está llamada a ser misionera, saliendo al encuentro de las familias, de los jóvenes, de los mayores y de los que buscan sentido.

Celebrar hoy a San Pedro y San Pablo es recordar que Cristo sigue construyendo su Iglesia sobre piedras vivas: tú y yo, cada uno de nosotros. Y que nuestra parroquia crece no solo con actividades, sino cuando cada uno deja que el Señor lo transforme y se pone al servicio de la comunidad con generosidad y alegría.

Unidos en la misión

En esta solemnidad, pidamos al Señor por la intercesión de San Pedro y San Pablo: “Señor, ayúdanos a construir juntos comunidad, a ser una Iglesia que escucha y camina unida, firme en la fe y generosa en la misión.”

Que el ejemplo de estos grandes apóstoles nos anime a seguir creciendo como Parroquia Inmaculada Concepción, familia de hermanos y discípulos que caminan tras las huellas de Cristo con confianza y esperanza.

¡Feliz Solemnidad de San Pedro y San Pablo!